La CU presenta distintos síntomas asociados al daño causado por la respuesta inmune:1
Principales síntomas sobre el tracto digestivo | Otros síntomas |
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Diarrea, que puede contener moco o sangre. Posible diarrea nocturna o incontinencia | Fiebre |
Estreñimiento e imposibilidad de eliminar gases debido a una obstrucción intestinal | Pérdida del apetito |
Dolor o sangrado rectal con movimiento intestinal | Pérdida de peso |
Tenesmo o sensación de deponer, incluso con el intestino vacío | Fatiga |
Calambres y dolor abdominal | Sudores nocturnos |
Náuseas y vómitos | Retraso del crecimiento (y de la primera menstruación) |
La acción constante del sistema inmunológico sobre la mucosa intestinal puede causar daño irreversible sobre el epitelio que recubre el intestino, dificultando o impidiendo su correcto funcionamiento.2 A largo plazo, esto puede ocasionar problemas graves en otros órganos, como cáncer colorectal.1,3,4
Frecuentemente, la CU también puede presentar manifestaciones extraintestinales que deben considerarse seriamente; como afectaciones musculoesqueléticas (dolor en las articulaciones), dermatológicas (dermatitis), oculares (úlceras en la córnea del ojo), hepáticas, pancreáticas, renales y pulmonares.3,4 Estas manifestaciones o síntomas, pueden iniciarse antes del diagnóstico de la CU.3,4
La detección temprana de la Colitis Ulcerosa (CU) facilita su tratamiento y ayuda a reducir daños permanentes.5 Los objetivos principales del tratamiento de la CU son1,5:
Mantener una buena calidad de vida de las personas afectadas.
Facilitar la cicatrización rápida de la mucosa intestinal.
Prevenir el daño a largo plazo del intestino y de otros órganos.
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